El imperio belicista estadounidense se derrumba.

El imperio belicista estadounidense se derrumba, los mentirosos medios de comunicación occidentales tienen los días contados

Los principales medios de comunicación occidentales nunca han sido tan descarados en su propaganda a favor del imperio estadounidense.

Las pretensiones están desgastadas. A medida que el gobierno/régimen belicista de Estados Unidos y sus lacayos imperialistas occidentales/de la OTAN quedan más expuestos y desesperados por mantener la credibilidad, también lo hacen sus herramientas mediáticas. Medios como el New York Times, la BBC, la CNN -y muchos más- son una broma despreciable para el público. Son un insulto a la inteligencia común.

Las noticias falsas existen desde hace siglos, pero ahora se están convirtiendo en algo evidente y autodestructivo. De la misma manera que el imperio belicista de Estados Unidos se está volviendo obvio y autodestructivo.

La desconexión con la realidad y la degradación del supuesto periodismo independiente se reflejan en niveles récord de desconfianza entre el público occidental hacia los medios de comunicación dominantes, controlados por las empresas.

En esta entrevista, los escritores estadounidenses Bruce Gagnon y Daniel Lazare echan por tierra las pretensiones de los medios de comunicación occidentales.

El encubrimiento sistemático del sabotaje del Nord Stream por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN -un acto de guerra y terrorismo de Estado- demuestra la función servil de los medios de comunicación occidentales que pretenden ser pilares de la información independiente y la libertad de información.

Medios como el New York Times, el Washington Post y la BBC británica de propiedad estatal, entre muchos otros, han quedado expuestos como patéticos instrumentos de propaganda de Estados Unidos y otros regímenes imperialistas de la OTAN.

Todos los medios de comunicación occidentales han ignorado los creíbles reportajes de investigación de Seymour Hersh (y otros) que han implicado de forma muy plausible el sabotaje de Nord Stream por parte de Estados Unidos, llevado a cabo bajo las instrucciones del presidente estadounidense Joe Biden.

Otro tema de actualidad es la vil persecución de Julian Assange. Los medios de comunicación occidentales han vuelto a encubrir lo que es una escandalosa violación de los derechos de Assange y sus principios de publicación a través de la organización de denunciantes Wikileaks. El único «delito» de Julian Assange es haber revelado los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos y sus lacayos imperialistas.

El espantoso maltrato de  tortura  que se le infringe a Asange-cuatro años en confinamiento solitario británico a la espera de su extradición a Estados Unidos por falsas «acusaciones de espionaje»- es un ataque despiadado contra el periodismo y el derecho del público a saber. Sin embargo, los supuestos medios de comunicación occidentales, autoproclamados defensores de la «verdad» y de la información objetiva «basada en hechos», han conspirado para guardar silencio y permitir la persecución de Assange. Se demuestra que los medios de comunicación occidentales son cómplices de la destrucción de los mismos principios del periodismo que dicen defender.

Como señalan Bruce Gagnon y Daniel Lazare, decir la verdad es un delito, y los medios de comunicación occidentales quedan al descubierto en su odiosa dejación del deber de informar con independencia. Ahora más que nunca se les considera herramientas del imperio.

Una comprensión adecuada del sabotaje del Nord Stream y del caso de Julian Assange daría al público occidental una visión crítica de la naturaleza imperialista de sus gobiernos, regímenes que sirven a los intereses capitalistas belicistas. La masa crítica debe ser frustrada a toda costa por los sirvientes de a pie de los medios de comunicación del Imperio.

Desde el punto de vista del poder imperialista occidental dirigido por Estados Unidos, es imperativo y absolutamente vital encubrir los escándalos del ataque al Nord Stream y de Julian Assange, entre otros. Si el público se enterara más ampliamente, todo el edificio de los gobiernos occidentales implosionaría. Por eso los medios de comunicación occidentales son más descarados que nunca para encubrir. Pero la verdad triunfará.

La guerra en Ucrania es cada vez más evidente como una guerra de poder imperialista contra Rusia. Esa guerra está en peligro desesperado de convertirse en una guerra mundial total que podría desencadenar una catástrofe nuclear.

El mismo encubrimiento de los medios de comunicación occidentales está en marcha con respecto a la agresión de la OTAN liderada por Estados Unidos contra China. Una vez más, los medios de comunicación occidentales están dando vueltas a la propaganda imperialista de la supuesta amenaza china para justificar lo que es una agenda belicista demencial para enfrentarse a China y apuntalar las ambiciones hegemónicas estadounidenses.

Una tentadora perspectiva positiva es que los medios de comunicación críticos e independientes están rompiendo gradual e implacablemente el monopolio de los medios de propaganda occidentales. Internet y las comunicaciones globales se están encargando de ello, aunque contra la siniestra censura de los regímenes occidentales.

Sin embargo, los medios de comunicación occidentales gozan cada vez de mayor desconfianza y desprecio por parte de la opinión pública occidental y mundial.

Vivimos una época ejemplar del legendario traje nuevo del emperador. La falsa imagen de los regímenes occidentales dominantes y de sus mentirosos medios de comunicación corporativos nunca ha estado tan degradada, pero tampoco nunca ha sido tan frágil. La máquina de mentir occidental tiene los días contados. Sólo puede culparse a sí misma por su abyecto perjuicio al interés público.

Los medios de comunicación occidentales cómplices del Estado afirman ser «libres». Ridículamente, son «libres» para ser esclavos de la mentira y la propaganda.

Hace tiempo que debería haberse producido un colapso.

Finian Cunningham 

strategic-culture

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